Incógnitas incrustadas en las maderas de los barcos hundidos

Jueves, 31 Mayo, 2018

Ana Crespo, investigadora del Instituto de Historia del CSIC, coordina el proyecto interdisciplinar For Sea Discovery en el que se analiza la construcción naval española

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Los pecios, los restos de un barco hundido, aportan información valiosa sobre el pasado de los países. El proyecto For Sea Discovery, que actualmente ultima sus conclusiones, se centra en ellos y pretende relacionar con la historia marítima el estudio de las redes mercantiles y la arqueología subacuática. En este proyecto, que se encuadra en el programa europeo Marie Curie, también destaca el estudio de la procedencia de la madera que se utilizaba en la construcción naval española: “Necesitábamos introducirnos en el estudio del origen de las maderas que se utilizaron en la construcción naval. Es un ámbito muy interesante. Lo es, precisamente, porque conecta la historia económica de la Carrera de Indias y de la construcción naval española con la historia medioambiental, que ahora es una investigación importante en la historia global”, asegura Ana Crespo, investigadora del Instituto de Historia del CSIC, que es la coordinadora del proyecto For Sea Discovery.

La investigadora del Centro de Ciencias Humanas y Sociales interviene en algunas ocasiones en las prospecciones que se realizan sobre los pecios. Se sumerge en el mar, junto con otros colegas, para reconstruir la historia. Así, Ana Crespo ha centrado su carrera como investigadora en las redes mercantiles, sobre todo de origen flamenco y holandés. En este marco, ha desarrollado una línea teórica y metodológica basada en la aplicación del Social Network Analysis de la escuela sociológica de Hardvard. De tal manera, ha estudiado las comunidades desde el punto de vista de la identidad nacional y desde su comportamiento económico y social. Además, las redes espaciales es otra de las líneas en la que ha trabajado paralelamente. Ana Crespo también investiga sobre historia marítima y sobre la aplicación de los sistemas de información geográfica al estudio de las redes, tanto mercantiles, como de las rutas marítimas de la Carrera de Indias en el mundo atlántico. 

Herencia intelectual
La meta principal del proyecto For Sea Discovery es la elaboración de una narrativa espacio-temporal e interdisciplinar sobre la historia y evolución de los modelos navales de los imperios ibéricos, en el contexto de su expansión marítima. El equipo de investigadores ha profundizado en la politización de los recursos forestales, sus causas y consecuencias medioambientales y en la dinámica social y económica del comercio global de madera durante los siglos XVI al XVIII. Asimismo, el diseño de la base de datos del proyecto está orientado a la identificación de comportamientos o modelos en la evolución de la tecnología de construcción naval y del empleo de la madera y de su procedencia. Algunas de las acciones realizadas han sido el reconocimiento de los yacimientos subacuáticos y su geolocalización en sistemas de información geográfica, la elaboración de bases de datos, así como el cotejar la información arqueológica e histórica.

Uno de los objetivos del programa Marie Curie es formar a una nueva generación de investigadores creativos e innovadores, capaces de transformar los conocimientos y las ideas en productos y servicios para beneficio económico y social de la Unión Europea. “La formación de nuevos investigadores es fundamental. El proyecto For Sea Discovery es interdisciplinar, hemos trabajado juntos historiadores, arqueólogos subacuáticos y dendrocronlólogos. Quienes van a desarrollar estas investigaciones en el futuro son los 18 ‘fellows’ que hemos tenido. Este es el espíritu del programa, dejar una herencia intelectual, de formación. Los jóvenes han trabajado duramente en las tres disciplinas. Ha habido mucha cooperación, uniendo la historia y la arqueología, que eso es muy importante. También ha sido interesante la parte de género. En el proyecto ha habido mujeres y muy buenas”, destaca Ana Crespo.

La investigadora del Instituto de Historia hace hincapié: “Algunos pecios están mejor conservados que otros, algunos mantienen su posición en el tiempo. Cuando quedan libres de la arena, aparecen los xilófagos, insectos que destruyen la madera… La visibilidad alrededor de los pecios es variable. Cortar la madera bajo el agua es difícil”. Para facilitar este tipo de trabajos debajo del mar, del proyecto For Sea Discovery han surgido varias iniciativas. 'Shipwrecks and Provenance: in-situ timber sampling protocols with a focus on wrecks of the Iberian shipbuilding tradition' es un catálogo de mejores prácticas para llevar a cabo un muestreo de madera de pecios. En este manual se abordan cuestiones de tipo legal, metodológicas y técnicas para realizar las prospecciones. Igualmente, utilizando la base de datos del proyecto, una de las estudiantes de doctorado ha impulsado una empresa que se centra en métodos de representación en 3D de los barcos hundidos.

Pecios estudiados
En esta línea de investigación comparada que se ha estado tejiendo en el proyecto For Sea Discovery, sobresalen la fragata Magdalena, el galeón Santiago —también denominado pecio Ribadeo I— y La Bayonnesa. El estudio de los restos de estos barcos naufragados en las costas gallegas constituye una parte clave del núcleo de la investigación de este proyecto.

La fragata Magdalena es un buque de Estado de 34 cañones, construida en Esteiro (El Ferrol), en 1773. Se hundió en el marco de la Guerra de Independencia española en la playa de Covas, en Vivero, el 2 de noviembre de 1810. Desde 1970, la armada española ha intervenido en el emplazamiento en varias ocasiones y parte del barco se encuentra depositado en el Museo Naval de El Ferrol. La madera usada en este barco fue procedente del Báltico, de la península ibérica y de América.

El galeón Santiago, o pecio Ribadeo I, se localizó durante un dragado de la ría de Ribadeo en 2011. El pecio aparentemente se encuentra conservado en su disposición original y totalmente en conexión. Las cuadernas del buque sobresalen verticalmente del fondo marino, es decir, el casco se encuentra aparentemente intacto hasta algún punto en torno a la línea de flotación. Además, todo apunta a que el pecio no se ha abierto.

El naufragio de La Bayonnesa era conocido gracias a las fuentes documentales. Este buque resultó sorprendido y perseguido por un navío británico de mayor porte cuando se dirigía de La Habana a La Coruña. La caza a la que se vio sometida la embarcación francesa la forzó a embarrancar voluntariamente al abrigo del cabo Finisterre, el 28 de noviembre de 1803. El yacimiento subsiguiente fue buscado desde el comienzo de las prospecciones arqueológicas desarrolladas en el área a lo largo de diferentes proyectos de la Xunta de Galicia.

 Triana Rubio (CCHS-CSIC)

Incógnitas incrustadas en las maderas de los barcos hundidos
Dpto. de Estudios Americanos
Estudios Comparados del Caribe y Mundo Atlántico